lunes, 30 de julio de 2007

Los Persas by Calixto Bieito


Recién llegadita de Mérida -sí, ese lugar donde las palabras "brisa", "frescor" y "chaquetita" han sido borradas del diccionario porque ¿pá qué? si nadie conoce a qué se refieren- tras un viaje de una rapidez digna de Regreso al futuro, vengo cargadita de impresiones persas.
Sí, más bien con la mochila repleta de opiniones sobre la obra dirigida por Calixto Bieito y, cómo no, del Teatro romano de Mérida, "marco incomparable" y caluroso, la verdad - y si no que se lo digan a la ola de abanicos que se veían moverse como una ola, que diría la Jurásica, antes de comenzar el espectáculo. Era mirar a los sufridos espectadores y ver abanicos, hojas, programas... moverse como un mar de colores (vengo poeta, eh?). Bueno, pues a lo que iba.

Opiniones oídas al público asistente al acabar el evento:

-Bu

-Fuera

-¿Dónde están Los persas?

- No vuelvo a comprar una entrada sin saber qué obra es

-Un bodrio

- Ves, esto es teatro de verdad. Una obra que te dice cómo es el mundo, como te lo contaban los griegos, pero adaptada a lo de hoy, para que lo entendamos mejor

- Ha sido interesante
- ¿Tomamos algo aquí o fuera?

Comentarios oídos DURANTE LA OBRA:

-Fuera

- Aupa Atleti

- ¿Cómo va el partido?

- Dime, que estoy en el teatro

- Qué bien ha cantado

-Qué bien ha estado eso

Como podréis comprobar, se repite el fuera, pero vamos, yo sólo se lo oí durante y después de la obra al mismo que al principio cantó con los actores la canción de la Legión de "soy el novio de la muerte", que el espectador se sabía entera. Mentalmente, ya vaticiné yo que acabaría o yéndose - lo que hicieron al menos 20 personas, que yo viera- o gritando ese "fuera". Vamos, que estaba claro que iba a acabar decepcionadillo el hombre.

Bieito estará contento, que le pone eso de que la gente salga de sus obras... Y si no, ya me contarás lo de estrenar una obra antimilitarista, antinacionalista y bastante desagradable, intensa, sobrecogedora y horrible -como todas las guerras- en el Festival de Mérida , pudiendo estrenarlo en el Grec. Que le va la marcha. Y yo lo aplaudo.

Pues sí, desagradable, intensa, sobrecogedora, horrible, espantosa como toda guerra. Así son las escenas que protagoniza un coro de soldados españoles en Afganistán. Un coro porque esta obra mantiene la estructura clásica griega con un coro -lo soldados-, unos protagonistas - Jerjes, la hija (Natalia Dicenta), y un padre, Darío (Roberto Quintana)- que explican sus sentimientos en monólogos, un fantasma y repeticiones de una o dos ideas claras, a modo de estribillo... Aquí los dioses aparecen como neones, banderas o Ejército. Son los que dirigen los pasos de estos seres. Pero la obra gana con la readaptación -realizada por Bieito y Pau Miró- porque podemos identificar frases y momentos de "Apocalypsis Now" y momentos musicales como "Cry, cry Baby" de Janis Joplin (cantada magistralmente por Dicenta, te pone los pelos de punta, es muy intensa). En algunos momentos, la obra parece, es, un musical. En otros, un drama terrorífico. Siempre, una denuncia sin respiro contra la guerra
y contra los nacionalismos. Porque, como se dice durante toda la obra, "La guerra nunca termina. La guerra es eterna" y "La guerra va siempre contra los niños", los que son niños, los que serán niños y los que fuimos niños.

jueves, 26 de julio de 2007

Donnellan y su Cymbeline


Ver a la compañía Cheek By Jowl es impresionante. Ver Shakespeare realizado por estos actores ingleses dirigidos magistralmente por Declan Donnellan emociona, sorprende y te hace "engancharte" al teatro. Prometo que después de ver esta obra no le pongo pegas a ninguna obra de 4, 5, ó 12 horas. Me apunto a ver "Homebody/Kabul", "2666" o el "Mahabaratta", de Peter Brook (si lo estuvieran representando en algún lugar) al momento. Cuando sales de esta función, quieres ver más de este teatro, del bueno, buenísimo. Con deciros que pensé comprar una entrada para hoy, mañana o pasado (sólo estarán hasta el día 28 en el Teatro Español de Madrid) nada más pisar la calle... Una pena que me reclame Mérida y Bieito con Los Persas...


Si podéis, no dejéis de acercaros a ver esta obra, de lo mejor de la temporada. La forma en la que Tom Hiddleston se desdobla en dos personajes, Póstumo y Cloten, pasando de uno a otro en un segundo y que parezca que realmente estás viendo a dos personas distintas es increíble! Los actores ingleses son otra cosa. Jodie McNee es fantástica como Imogene, pero Gwendoline Christie borda a la Reina Madrasta y Richard Cant es un gran Pisanio y Guy Flanagan un fantástico Iachimo, con su acento italiano. Hay una escena cómica con tres actores que podría estar en una serie de TV, en una película o encima del escenario y no creo que los actores tuvieran que cambiar nada. Serían igual de creíbles y de graciosos. Es impresionante. Esa forma de transmitir verdad, realidad, es lo que trabaja Donnellan con sus actores. Esto decía el director en una entrevista el año pasado con Marcos Ordóñez en El País : "En el mundo actual, donde hay tal sobredosis de imágenes, es una obligación para todo creador separar lo auténtico de lo impostado. Para eso hay que mirar de nuevo como un niño, en el sentido de que sólo un niño puede decirte sin pudor "no te creo". Cuando vamos al teatro queremos ver grandes personajes y grandes emociones, pero mueren en el mismo instante en que el actor intenta "hacerlo ver". Muchos actores entran en pánico porque tratan de "mostrar" una emoción. Es terrible, porque tienes la sensación de que te quieren persuadir de algo que, en realidad, no está pasando."

A mí me pasa muchísimo en el teatro. Ves gente que actúa. Yo no quiero ver gente que actúa encima de un escenario. Quiero ver gente que sufre, vive, piensa, se emociona realmente. Y, para que yo, espectadora, no vea que son actores y que me olvide de la posición de observadora, tengo que empatizar, reconocerme en esos personajes. Creérmelos de tal manera que no piense: "no existen, son falsos. Están actuando". Y que te pueda pasar con un Shakespeare es genial y una se siente muy agradecida por haberlo podido ver. "Peter [Brook] me ha enseñado muchas cosas del teatro (...) Pero lo más importante fue la noción del teatro como un viaje, una búsqueda espiritual. Estamos aquí para contar historias y, a través de ellas, conocernos, descubrirnos. Peter nunca es rebuscado ni pomposo. Me enseñó a huir de lo superficial, a buscar siempre hacia lo hondo pero sin perder la levedad. Es un alquimista, que combina admirablemente lo sacro y lo profano. Graduar ambas cosas es algo esencial a la hora de plantearse un espectáculo. Y entender que el teatro es un arte permanentemente inacabado", observa Declan Donnellan.


Discípulo de Brook, Donnellan desnuda prácticamente el escenario y lo llena con los actores, con sus movimientos medidos y con las luces que aparecen y desaparecen magistralmente. La adaptación es fantástica ya que el texto no se toca, es Shakespeare con su inglés antiguo, se habla de Britannia, de César Augusto, de los romanos... pero no desentona en absoluto con los trajes y la ambientación de los años 40, 50 que ha elegido el director británico.


Desgraciadamente me perdí The Changeling el año pasado, que también trajo Cheek by Jowl al Festival de Otoño. No pienso perderme nada más de lo que haga esta compañía. Y, para quien tenga oportunidad, Donnellan dirigirá Andrómeca en París en el teatro que dirige Peter Brook Théâtre des Bouffes du Nord . Ah! Y en el Festival de Otoño tendremos a Peter Brook, de nuevo, con The Grand Inquisitor, basada en Los hermanos Karamazov de Dostoyeisky, además de Fragmentos, basada en textos de Beckett. Pero del Festival de Otoño hablaremos más adelante porque no vamos a parar!!

viernes, 20 de julio de 2007

Mahagonny, la ciudad del placer, en Madrid



Entre ópera y musical, Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny es una oportunidad estupenda para

a) ver una obra de Bertolt Brecht y Kurt Weill y plantearse luego si descubrimos las semejanzas con nuestra propia sociedad, tan actual es

b) conocer las Naves del Español en el Matadero de Madrid, el nuevo espacio cultural de la capital

c) disfrutar de una puesta en escena brillante, con un escenario enorme que permite ver a los actores-cantantes muy, muy cercanos, al lado, obra de Mario Gas

d) disfrutar, además, de unos coros brillantísimos, más, en mi opinión, que muchos solos de los actores principales.

Si tengo que decidir entre ópera y musical, he de confesar que puedo opinar más de musicales que de ópera. Y esta obra está a medio camino entre ambos, aunque tenga momentos operísticos más brillantes que los meramente musicales. Con una música fantástica de Kurt Weill, una historia político-moral de Brecht y un montaje audiovisual muy logrado, el ritmo de la creación de la "ciudad del placer" durante la primera parte es trepidante. La voz en off de Santiago Ramos es perfecta para guiarnos por la aparición de la ciudad, la llegada de los tres delincuentes fundadores, la aparición de las prostitutas lideradas por Jenny Smith y la entrada en la ciudad de los rudos trabajadores de las minas y bosques de Alaska, entre los que se encuentra Jim Mahoney. Las peripecias de Jimmy en una ciudad donde se acumulan los placeres, pero también las
prohibiciones, se interrumpen por la llegada de un tifón que, tras arrasar la ciudad, desata una revuelta que lleva a Mahagonny a ser el paraíso de los hombres: todo se permite y se permite en exceso, tanto, que los amigos de Jimmy mueren de una comilona y en una pelea. En la borrachera final tras la juerga, Mahoney invita a beber a todos, pero no tiene dinero, y no tener pasta es lo único que no se perdona en la ciudad. Es más, pueden echarte dos noches de arresto por no ayudar a un amigo pero es pena de muerte si no pagas tus deudas. Condenado, ni una sóla persona se ofrece a pagar la deuda por él y Jimmy muere, abandonado por todos.

La escena final de manifestación de los habitantes de Mahagonny es genial. Con pancartas en las que se puede leer "Por la injusta distribución de los bienes terrenales", "Por la libertad de los ricos", "Por la corrupción", "Por la justicia", "Por la justa distribución de los bienes supraterrenales", el coro se eleva por encima de todo para dejarnos con esa ciudad en la que todos los principios inmorales son los que se reivindican.

Aunque tiene aspectos muy brillantes, reconozco que hubo momentos en los que la adaptación al castellano me chirriaba. Parecía que muchas palabras, muchas sílabas estaban encajadas en la música y, en algunos momentos, incluso me disgustaba. Pero el resultado final es muy recomendable. Imprescindible porque no hay muchas ocasiones de ver a Weill y Brecht sobre el escenario. Ojalá veamos pronto La ópera de tres centavos en escena!!

martes, 17 de julio de 2007

Regreso

Perdón por esta desaparición de un mes... Oposiciones, ReS , colaboraciones y la vida, en general, me han tenido okupada.
El concierto de los Stones fue fantástico. Son muy grandes los Stones!! Esa pasarela que tienen en el espectáculo y que se introduce en mitad del público permite verlos muy cerca. Se le ven todas las arrugas a Richards y los morritos a Jagger!! Ron Wood no paró de tirar púas al público y de charlar con sus compañeros durante todo el concierto. Se reían, sonreían y había momentos en los que Wood y Richards se partían de risa juntos!
Charlie, en su sitio, tranquilo, poniendo orden. Fue el único que, al acabar el concierto, se puso una chaquetita, para no enfriarse. El único que es consciente de su edad jejejee 64 años!!! Jagger cumplirá 62 en julio, pero desde luego no los aparenta. Así como Richards está cascao, y se le nota (se pierde, casi se tropieza en la canción que canta con Ron Wood a la guitarra, y se oyó un uyyyy sin aliento entre el públic!!), Jagger no paró ni un minuto.
Momentazo fueron las llamaradas que salían del escenario -¡dando un calor infernal!- cuando empezó Sympathy for the devil. Jagger no paró de hablar en castellano, pidiendo perdón por tardar tanto en venir y animando. Muy gracioso cuando la gente cantaba Oé, oé, oé, oé... y él creía que decían Olé jejejejee

Bueno, qué más decir. Ya lo habréis leído en las crónicas. Por cierto, al saxo estuvo el gran
Bobby Keys.

Al grano. Yo quería recomendaros varias cosas que no hay que perderse:

- Realidades avanzadas, de lo que ya hablamos hace unos meses . Teatro Pradillo

- Cymbeline, un Shakespeare poco conocido de la mano de una de las mejores compañías del momento, Cheeck by Jowl dirigida por Declan Donellan (la obra The Changeling que representaron en el Festival de Otoño del año pasado fue lo mejor de lo temporada, a decir de muchos críticos). Teatro Español

- Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, de Brecht y Kurt Weill. Imprescindible. Naves del Español en el Matadero de Madrid

- Porgy & Bess, ópera musical de Georges Gershwin, en los Veranos de la Villa (Conde Duque)