miércoles, 28 de marzo de 2007

La vida de los otros

Hace ya algunas semanas que ví esta magnifica película, ópera prima, de Florian Henckel Von Donnersmarck, que ganó muy merecidamente el Óscar a la mejor película extranjera. Si el mundo fuera justo y los Óscars unos premios universales, Ulrich Mühe y Sebastian Koch se habría llevado los premios a mejor actor de este año. No sé qué tal estará Forest Whitaker en “El último rey de Escocia”, pero lo que hace Ulrich Mühe en esta película es im-pre-sio-nan-te. Y Sebastian Koch no le va a la zaga en talento, acompañados de una no menos fantástica Martina Gedeck.

Se quedan en la memoria fotogramas de esta película, rodados de una forma muy clásica, sencilla en apariencia, sin grandes estridencias. Como en el gran cine de siempre, lo más importante es la historia, lo que se está contando. El cine es el vehículo con el que se narra y, como en las grandes obras, lo mejor de la técnica es que no se note, que no sientas que está ahí, que sea la historia lo que te lleve…

Así ocurre en esta película que, sin embargo, tiene algunos momentos de guión no tan redondos y de los que se podría prescindir (el momento niño, un poco simple para contraponer pureza-maldad) o que podrían estar más marcados (hasta el final no sabemos cuánto tiempo ha estado el capitán de la Stasi Gerd Wiesler espiando a la pareja formada por el prestigioso dramaturgo y escritor Georg Dreyman y la popular actriz Christa-Maria Sieland, por lo que se hace un poco difícil entender una tan “rápida” identificación entre los principios del militar y el intelectual… El tiempo se contrae por imperativo cinematográfico de duración y eso que la peli dura más de dos horas, que se pasan volando).

Son unos “peros” un poco puntillosos, lo reconozco, porque la película es una obra de precisión, en la que los silencios y los diálogos son perfectos, los justos, encuadrados en una planificación cinematográfica (con planos muy clásicos) y una fotografía –gris en los exteriores, más cálida en el apartamento- muy adecuada para situarnos en la República Democrática Alemana de los años 80 y comprobar cómo funcionaba su servicio de espionaje, la Stasi.

Es una de las mejores películas que he visto en mucho tiempo y se la recomiendo a todo el mundo. La lealtad, la amistad, la traición, el amor, el miedo, el valor… se transponen y se redefinen a lo largo de la película. ¿Quién es “leal”?¿Qué es ser “leal”? ¿A quién o a qué? ¿Qué significa “traición”? Si nos traicionamos a nosotros mismos, ¿es lo mismo hacerlo por convicción o por miedo? ¿Superviviencia o principios? ¿Implicación contra las injusticias, a riesgo de perder la vida, o incómoda pasividad? Y es que las decisiones individuales afectan a lo que nos rodea, a la Historia que vamos creando. Tres personajes nos enseñan que existen muchas formas de valentía y de integridad en una pequeña-gran historia, de esas que reflejan una de miles de vidas que conforman lo que luego se estudia en los libros.

martes, 27 de marzo de 2007

Revival again: The Undertones




Volvemos a estar de revival setentero punk. Ahora llegan The Undertones , un grupo de lo que se conoce como punk pop. Se formaron en 1975, pero sólo duraron hasta 1983, año en el que Feargal Sharkey, Damian y John O'Neill, Bill Doherty y Michael Bradley se despidieron.

En 1994 se juntaron de nuevo para unos shows, pero Feargal Sharkey no quiso volver a cantar en el grupo de su juventud. Cuando en 1999 volvieron a unirse, ya ni le preguntaron y le sustituyeron por Paul McLoone.



Apadrinados por el pope de la radio británica del momento, John Peel, que les consideraba uno de sus grupos favoritos y creía que su canción Teenage Kicks era la mejora de la historia –un poco exageradito, en mi opinión-, se hicieron famosos con éste single y otros como Here comes the summer o Jimmy Jimmy . La verdad es que sus letras hablan de chicas y picores adolescentes y seguro que resulta raro ver a cincuentones cantando cosas como “I wanna hold her wanna hold her tight/Get teenage kicks right through the night” en la gira que ahora realizan y que llegará a Madrid (28 de marzo, Sala El Sol), Bilbao (29 marzo, Santana), A Estrada, Pontevedra (30 marzo, Teatro Principal) y Gijón (31 marzo, Parque del Piles) .



Sin embargo, su música sigue sonando fresca y se agradece esta pequeña vuelta a los 70 con sabor irlandés. No son The Avengers (que nos visitaron hace poco y cuyas canciones y letras tienen muchísima más fuerza y contenido, está claro) ni The Clash ni Sex Pistols, grupos de la misma época con unas letras políticamente más intensas pero, como ellos mismos sostienen, “si analizásemos los textos, deberíamos sentirnos muy extraños tocando esos temas hoy —asume Bradley—. Pero es que, incluso cuando éramos jóvenes, para nosotros sólo eran canciones. Los temas de New York Dolls o Ramones también tratan de eso y aún nos siguen enganchando. O a lo mejor es que no hemos crecido...". Puede ser. Al fin y al cabo, los Ramones también cantaban “Well let's dance, well let's dance We'll do the twist, the stomp, the mashed potato too” …

¡Rebelión!


Sí, Capra ha vuelto, y ha elegido la Sala Cuarta Pared de Madrid para hacerlo. Pero ha vuelto renovado, ampliado. Si el gran director de cine mostraba en sus pelis al héroe solitario que trata de recuperar de las garras de los corruptos las verdaderas esencias de los valores más puros (la Justicia, la Verdad, la Bondad, la Democracia), Luis García Araus y Javier G. Yagüe nos muestran que también hoy existen "Rebeldías Posibles".


El héroe anónimo (José García, el John Doe o el Mr. Smith de Capra) decide reclamar a una operadora telefónica, Telefón, los 28 céntimos que le han cobrado injustamente, aunque para ello se arruine. Su integridad, sus valores, le llevan incluso a ser despedido para poder asistir al juicio. Lo que no preveé es el ejemplo que eso va a suponer para otra gente. Su lucha ideal por un mundo mejor, por recuperar los derechos perdidos y la dignidad machacada, harán que los de su alrededor también se rebelen, pero de una forma que García ya no comparte, con nuevos medios. Ya no son suficientes la fé en la Justicia y en las leyes, sino que se adoptan nuevas formas con las que García no está de acuerdo (scraches, sentadas, okupaciones, sabotajes, denuncias en televisión...) porque se salen de los cauces establecidos.


El héroe de Capra es superado por una realidad que se impone. El sistema ha canalizado tanto las formas de protesta que se hacen necesarias nuevas maneras de rebelarse cotidianamente. Las pequeñas luchas, las rebeliones cotidianas para recuperar los valores, la dignidad (representados por una mujer que intenta conseguir una vivienda, un joven que trata de apostatar, un padre que lucha por la vida de su hija frente a la burocracia) cuestan más, son más difíciles, que dejar pasar las humillaciones, bajando la cabeza. Es más cómodo, y más fácil, someterse que rebelarse. La lucha frente a la resignación que obliga no sólo a protestar sino a reclarmar, a exigir, a hacerse oír.

La Compañía Cuarta Pared (con unos estupendos Asu Rivero, Frantxa Arraiza, José Melchor, Javier Pérez-Acebrón y José Sánchez y una -me temo- más flojita María Antón) nos acompaña a través de este "cuento" -rebelándose ellos mismos incluso contra lo escrito, contra el cuento que no les gusta-, recordándonos que las pequeñas luchas, las rebeliones cotidianas son posibles, se siguen dando diariamente aunque no nos demos cuenta y que, esas pequeñas rebeldías posibles, juntas, tienen un gran valor y una fuerza que pueden convertirlas en algo mucho mayor. ¿Por qué no? Sólo hay que rebelarse.

miércoles, 21 de marzo de 2007

Realidades Avanzadas



Miles de persones se manifiestan por las calles en actitud hostil. Las “autoridades democráticas” convocan a un grupo de ciudadanos y ciudadanas para tomar decisiones cruciales ya que esas autoridades no han conseguido vincular estos manifestantes a ninguna organización conocida. ¿Qué se debe hacer?
Se convocan asambleas en las que los ciudadanos y ciudadanas (el público) son fotografiados justo antes de entrar en la sala, para su correcta identificación. También reciben cuatro cartulinas, cada una de ellas de un color, para el momento de las votaciones.

Empieza el pleno presidido por dos representantes de las autoridades políticas. En primer lugar se procede a la presentación de un reportaje videográfico sobre la situación de la vivienda, al parecer, origen de la revuelta. A continuación, se pide a los ciudadanos y ciudadanas presentes (el público) que respondan un cuestionario sobre la vivienda.


Éste es el punto de partida del espectáculo que la rompedora compañía Conservas, dirigida por Simona Levi, pone ahora en marcha los días 28, 29 y 30 de marzo en el Aula Magna de la Universidad de Filosofía de Barcelona.

Según afirma la nota de prensa de la compañía, “Realidades Avanzadas nace con la intención de hacer reflexionar sobre la democracia en general y, sobre todo, incide en la cuestión de la propiedad. El espectáculo está articulado a partir de 3 grandes ejes: la vivienda, el espacio público y la propiedad inmaterial. Uno de los principales objetivos del espectáculo es la transformación del pensamiento a partir de la reflexión irónica de la sociedad contemporánea.”



Para ello, con el objetivo de dar toda la fuerza crítica e irónica a las diversas situaciones de la obra, “se ha trabajado con informaciones y referentes legales totalmente contrastados con profesionales y grupos que trabajan las temáticas tratadas. De este modo la ironía se vuelve demoledora. De otra forma, sería vacua”.

Algunos de los miembros de Conservas participan activamente en los movimientos sociales de la ciudad en materia de vivienda, civismo y libre circulación del conocimiento. Así, se ha reunido un equipo de 20 personas (expertos en motion graphics y realización videográfica, informáticos especializados en el desarrollo de sistemas telemáticos de participación democrática, abogados, músicos y guionistas de programas de televisión de prestigio) para experimentar en una propuesta escénica donde la tecnología se vuelve esencial, como ya lo es en la realidad.

Algunas de las particularidades del montaje son que para su estreno en Barcelona

- será representado en un recinto no escénico (en el aula magna de una universidad)
- el público, como cosa no muy habitual en las representaciones teatrales, se podrá llevar un DVD interactivo. "Se trata de la primera obra de teatro COPYLEFT". El espectador se llevará la obra en un DVD al finalizar la función. Éste contendrá toda la información facilitada durante el montaje, ordenada y sistematizada y todo el material de la pieza (textos, videos, animaciones, música, imágenes…). Se facilitará al público en forma de “top manta institucional” al final de la actuación.

La idea es que quien quiera profundizar en sus conocimientos sobre los temas tratados en la obra lo pueda hacer. El DVD es una completísima recopilación de centenares de los mejores y más interesantes materiales sobre los 3 temas (vivienda, espacio público y propiedad inmaterial) y ha sido elaborado gracias a la aportación de un sinfín de personas que trabajan en la defensa de la libre circulación del conocimiento y está distribuido bajo licencia copyleft en colaboración con varias editoriales. Pese a contener una información complejísima, está diseñado de forma amena y es de fácil manejo, guiando al usuario en todo momento para facilitarle la navegación.

Origen del espectáculo


Como explica la compañía, “Realidades avanzadas tiene su génesis en el vídeo que Conservas colgó en la página web YouTube en octubre de 2006 con el mismo nombre que ahora da a este espectáculo. El video, en forma de ficción y que también incluye imágenes reales grabadas con cámara oculta, denuncia el entramado de inmobiliarias y entidades financieras que, con la complicidad de las administraciones, practican de forma generalizada la violencia inmobiliaria y urbanística haciendo imposible el ejercicio del derecho constitucional a una vivienda digna.

Este video recibió más de 8.000 visitas en tan sólo dos días y estuvo dentro del ranking de los más visitados en España. A raíz de una rueda de prensa que dio, pocos días después, el “Taller contra la violencia inmobiliaria” y donde se visionó el mencionado video, las apariciones en prensa fueron masivas. Poco después, a petición de una conocida entidad bancaria, en YouTube (página para difundir libremente en la red) se censuró este video“.

martes, 20 de marzo de 2007

Me enamoré de una cabra


Josep María Pou se enamora de Sylvia, una cabra. Bueno, Pou no, su personaje, Martin, en la obra "La cabra o ¿quién es Sylvia?" que se representa hasta junio en el Teatro Fernando de Rojas de Madrid después de recorrer medio país con un éxito asombroso. No es para menos. Esta, en apariencia, comedia esconde una honda tragedia porque gira en torno a la autodestrucción.
Martin es un reputado arquitecto, el más joven en recibir uno de los mayores premios de su profesión y con el proyecto arquitectónico más grande del momento en sus manos; en casa, lleva más de 20 años casado y enamorado de su mujer, Stevie, y tienen un hijo de 17 al que han dado una educación "progre". Pero Martin guarda un secreto: se ha vuelto a enamorar.
Si Martin se hubiera liado con otra mujer o con un hombre, la obra de Edward Albee no sería lo que es: un duro y certero análisis de la autodestrucción. ¿Por qué un hombre como Martin se enamora de una cabra? No es sólo que se tire a la cabra, que sí, si no que, además la ama, está enamorado de ella, no puede vivir sin verla.
¿Por qué? Y aquí llega la genialidad de Albee. ¿Qué es el amor? ¿Por qué nos enamoramos sin remisión? ¿Podemos controlar los sentimientos? ¿Nos enamoramos como forma de agarrarnos a algo que nos permita salir a flote de nosotros mismos? ¿Algo que nos deje un espacio para ser mejores, para ser otros? ¿No es el amor una locura y la locura, destrucción? ¿Nos autodestruimos por amor o amamos como forma de autodestrucción?

Albee introduce lo absurdo con ese amor fou a una cabra. Es un amor irracional, incomprensible para todos, incluído Martin (con un espléndido Pou interpretando a este hombre perplejo de sí mismo, resignado e incapaz de saber qué le está pasando) y, especialmente, para su mujer Stevie (con una gran Mercè Arànega) que como mujer liberal y comprensiva hubiera entendido una infidelidad, pero es, como el mismo público, incapaz de entender esa relación con una cabra. Imposible comprensión ya que su marido quiera una cabra deja su amor por su mujer sin valor, sin sentido. Martin prefiere a una cabra a la mujer con la que ha compartido su vida durante años, con la que tiene una complicidad y una relación perfecta.

¿Es esa perfección lo que Martin necesita destruir? ¿Por qué en ocasiones destruimos lo que más queremos, lo que es cómodo, con lo que estamos a gusto? ¿Quizá porque esconde una resignación que subconscientemente no aceptamos? El amor por Sylvia es también la forma simbólica del riesgo, la aventura, lo distinto dentro de la rutina, la experimentación, el cambio. Romper con todo para que todo cambie. Quizá la autodestrucción llega porque hay que destruir para construir, hay que acabar con el presente para empezar un futuro. Es la forma de decir “este presente no me gusta”, aunque ese presente sea lo más adecuado para uno. Porque lo adecuado no siempre nos da la felicidad. Quizá el amor de Martin por una cabra es su búsqueda por ser feliz, es un símbolo de la búsqueda irracional, y egoísta, de la felicidad, que arrasa con todo, incluso lo más querido.

La obra de Albee, un autor de 79 años recién cumpliditos (el 12 de marzo) autor de "¿Quién teme a Virginia Wolf?", te persigue después de salir del teatro. Con una forma teatral perfecta, con un hilo que te va llevando poco a poco al fondo de la tragedia y con un sorprendente final, Albee nos muestra qué poco hace falta para que los supuestos cimientos en los que se basa nuestra vida se caigan de un golpe. Todos podemos toparnos con nuestra particular Sylvia en algún momento de nuestra vida. Cualquier día, podemos enamorarnos de una cabra.

lunes, 19 de marzo de 2007

Tres paradas para el baile español: Sevilla Madrid Sevilla


Sutil, delicada, de un gusto exquisito y elegante es la coreografía de Rojas y Rodríguez para el Ballet Nacional de España. Su "Dualia" destaca a un nivel muy alto entre las tres coreografías que componen el nuevo espectáculo del ballet dirigido por José Antonio.

Compuesta en tres colores (blanco, rojo, negro) que le dan la elegancia, con tres elementos (castañuelas, peinetas, batas de cola) que le dan la tradición, "Dualia" es el montaje más corto del espectáculo pero el más redondo. Es el que menos taconeo tiene, pero el que transmite de forma más honda lo esencial del baile español. Con momentos que se quedan en la retina (la entrada de las bailarinas dando vueltas con sus vestidos blancos, un movimiento con Rojas y Rodríguez bailando con Elena Algado y Esther Jurado con batas de cola...), estos dos jóvenes bailarines y coreógrafos demuestran que para innovar lo mejor es ir a las raíces, a la esencia y, de ahí, extraer lo que caracteriza a esta danza.

También a muy alto nivel vuela la coreografía "Caprichos" de Fernando Romero, con momentos muy buenos como el Puente de ida y vuelta, el Capricho de Milonga o los Comparitos. Pasos muy marcados, movimientos puros y unos pasos originales para el cuerpo de baile componen una coreografía lograda.

Sin embargo, "Cambalache", la pieza de Antonio Canales, se resiente de los momentos en escena del bailarín. Como coreografía, se pueden destacar algunos buenos momentos como la Gitanería y Pena. Es una lástima que el exceso de Canales en el escenario -mientras los bailarines esperan en sillas - lastre el montaje. Su baile en el escenario se hace largo y parece obedecer más a la necesidad de aplausos que a la coreografía. Una muestra más de no saber dónde están los propios límites y de cómo se dan alas al ego. "Cambalache" agradecería la ausencia de Canales del escenario y el público, también.

martes, 13 de marzo de 2007

París, Te Quiero


Parí, Parí… Cuántas atrocidades cometidas en tu nombre… Ya sé que la cita está tergiversada, pero quien dice “libertad” puede decir “París”. Y quien dice atrocidad puede decir “corto-dentro-de-una-peli-de-cortos”.

18 cortos en una película. 18 cortos, pero no todos de la misma calidad. Yo no conocía a algunos de los directores (algo positivo, porque los que sí conocían no me sorprendieron: el corto de los Cohen, genial, pero desde el primer plano sabes que es Cohen&Cohen; el de Isabel Coixet –estupendos Sergio Castellito y Miranda Richardson- es Coixet 100%; el de Gus Van Sant, desgraciadamente, es Van Sant –este hombre está de capa caída, no hay quién le entienda!-…. El único que me sorprendió, aunque no me entusiasmó, fue Wes Craven. ¡Una espera a un Craven en estado puro si lo rueda en Père-Lachaise!).


Lo mejor es que no todos los cortos giraban en torno al París idílico de los enamorados, sino a la ciudad europea real, con sus problemas y sus adversidades. Por eso, en esta peli hecha de minipelículas se pueden encontrar algunas perlas maravillosas:

- El corto de Walter Salles y Daniela Thomas, con una Catalina Sandino Moreno maravillosa como madre inmigrante;
- Curiosamente, el otro latinoamericano, Alfonso Cuarón, también habla de la maternidad en su corto, con un Nick Nolte envejecidísimo;
- Más cortos de inmigrantes: el de Olivier Schmitz es durísimo y puro cine, de denuncia, de ternura, de amor, de piedad…
- Ligero, bonito y esperanzador es el de Gurinder Chadha, en el Quais de Seine;
- La pareja Ben Gazzara-Gena Rowlands en un corto dirigido por Gérard Depardieu y Frédéric Auburtin, y escrito por la propia Rowlands. ¡Cuándo hay talento no se necesita nada más!
- La pareja Bos Hoskins-Fanny Ardant en un corto que no está a la altura de sus actores por su guión;
- El corto de Vincenzo Natali me sorprendió. Muy estilo cómic, refrescante dentro de la marcha de la película. Eso sí. Elijah Wood haciendo el papel de Frodo, una vez más. Muy bonita la metáfora del “amor vampiro”;
- Triste y solitario el de Alexander Payne, que pone fin a la película. No es nada del otro mundo, pero es un buen colofón y una bonita manera de decir Paris, je t’aime…

lunes, 12 de marzo de 2007

Desvelando El gran secreto

¿Amamos como un género literario, teatral o cinematográfico? En mi caso, creo que me enamoro como en un melodrama musical absurdo, como en la película de Alain Resnais “On connait la chanson”, que es una de mis pelis favoritas (y que recomiendo si te gustan los musicales y las pelis francesas)…
Puede ser que vosotrxs viváis la relación sentimental como un drama, como una screw-ball, como una peli de terror, como un thriller… Ésa es la teoría que expone Albert Espinosa en la obra que representa estos días Comediants en Madrid y llamada “El gran secreto”. Para Espinosa, el teatro y el cine nos han marcado unos modelos que son los que seguimos en el amor, estamos condicionados por ellos y no somos libres en la forma de relacionarnos.
Es una teoría curiosa y quizá lo mejor de este montaje que no es reseñable por nada en particular. Aunque agradable, no emociona ni transmite y durante la hora y media pasamos sin pena ni gloria por la historia del amor en la prehistoria, la época griega, el teatro isabelino, el vodevil italiano, el teatro del absurdo… hasta llegar a la actualidad, donde las relaciones sentimentales se viven como en un combate, una competición.
Los saltos temporales se hacen un poco arbirtrarios y los intentos de originalidad (la escenografía sobre una tarima que se va transformando en los diferentes escenarios; el combate en la pareja…) se quedan en eso, intentos ya vistos. Y es una pena, porque Espinosa es un buen autor. Me temo que se nota demasiado que es una obra de encargo y que la inspiración tardó en llegar. Vamos, que el secreto podría haber permanecido oculto sin problema.
Eso sí, a destacar el trabajo de varios de los actores. A mí me gustaron especialmente los actores que hacían de Pepe y de la regidora ( y que no sé quiénes son porque en la información de la obra no consigo encontrar quién es quién).

sábado, 10 de marzo de 2007

Arreglado lo de los comentarios!!!


La mudanza no ha ido todo lo bien que debiera y los comentarios sólo estaban habilitados para los usuarios registrados. Ahora ya puede comentar cualquiera. Así que, cualquiera, plis, dime arrrgo!!!
Cualquiera igual no tiene mucho que decir, pero seguro que vosotrxs sí!!! Ánimo y al comentario!

Para que os soltéis, ahí va esta animada coreografía de superhéroes!

viernes, 9 de marzo de 2007

Las Alas de Nacho Duato



Un placer estético absoluto. Eso es ver bailar a la Compañía Nacional de Danza. Pero esta vez se añadía el morbo de ver a Nacho Duato, su director, en el escenario. Para los que no le hemos visto bailar, ésta ha sido una oportunidad única y “Alas”, basada en la peli de Win Wenders “El cielo sobre Berlín”, parecía una buena ocasión para volver con una coreografía creada específicamente para él por Tomaz Pandur.

Aunque se le nota la edad (50 años) al bailar, su presencia sobre las tablas es impresionante. Es cierto que la calidad técnica de los bailarines de la CND es de una absoluta perfección y que, por muy alta que sea la maestría de Duato, en algunos pasos la edad se nota. Aún así, ninguno de los bailarines tiene el cuerpo de Nacho Duato, perfecto, marcado, con un impecable control de sus músculos y sus gestos. Él dice que, aunque ha perdido agilidad, ha ganado en presencia escenográfica. Y es cierto. Cuando está encima del escenario, se nota, no puedes dejar de mirarle, sobresale.

En cualquier caso, no dejo de pensar que su vuelta al escenario con este “Alas” tiene algo de vanidad: se puede echar mucho de menos el aplauso del público. Y, sinceramente, volver con la CND es una garantía. La entrega de la gente en sus espectáculos es total, incluso a veces acrítica. “Alas” es un buen espectáculo, pero no es para levantarse del asiento. Tampoco para salir sin aplaudir. Las dos cosas se dieron en el Teatro Real el día que yo fui. Y las dos me parecen injustas. El hecho de que la CND baile tan poco y durante tan pocos días, les asegura un público con ganas. Pero, en el Real, los abonados, esa gente que va por ir porque han pagado el abono y porque, jubilados, no tienen otra cosa que hacer, no entendieron el ballet. El quid de la cuestión es que no hay que entender lógicamente un ballet. Ha de llegarte, estética, emocional o a un nivel imposible de describir.

Personalmente, a mí me llegaron estéticamente varias partes (la final con el agua es preciosa), pero hubo momentos en los que se me iba la atención. Parecían de relleno, como dice una amiga: “no te pueden cobrar 40 € por 45 minutos. Así que bailan hasta la hora y cinco”, pero con momentos que sobran.

No es un montaje redondo, pero sí un muy buen espectáculo. Me gustó muchísimo más la CND2 que vi bailar el año pasado (creo recordar que bailaron "Remansos, Coming Together y Rassemblement") y el anterior espectáculo, “Por vos muero”.
Pero, si tenéis la oportunidad, no dejen de ver a la CND. Los momentos para disfrutar de la belleza hay que aprovecharlos.

jueves, 8 de marzo de 2007

¡Bienvenidxs!


Hola a todos! Nos hemos mudado y éste es nuestro nuevo hogar. Espero que os sintáis a gusto. Los artículos de http://theefiles.blog.com se han trasladado aquí y cada uno lleva, al final, la fecha original en que fueron publicados. Espero que os sean útiles. ¡Aquí estamos y parece que nos quedamos!



Vuelve la obra antimilitarista Hazme Reír, ahora en el teatro Alfil de Madrid

Vi esta obra en el teatro Galileo hace unos meses y me dio mucha pena ver que éramos sólo unas 6 personas. Me alegraría un montón que pudieran llenar el Alfil ahora que vuelven a los escenarios madrileños. Aquí va la crítica que escribí entonces:
"Dice Teatro de Malta, la compañía responsable de este montaje, que, para crearlo, se inspiró en las campañas publicitarias de captación de jóvenes para las fuerzas armadas. Lo que más les llamó la atención fue que, en los anuncios, no se menciona la palabra "guerra", actividad para la que, al fin y al cabo, se prepara un soldado.Sobre esta premisa, cuatro clowns nos cuentan lo que significa la guerra, destacando el absurdo de la instrucción, la jerarquía o la obediencia; los sentimientos de dolor, soledad, abandono y miedo que genera, así como las consecuencias de exilios, juicios, tortura, muerte... que provocan las conflictos bélicos.
Hacer reír hablando de guerra no es fácil pero Teatro de Malta lo consigue. Eso sí, hay que señalar que lo logra de forma mucho más contundente en la segunda parte del espectáculo, donde la ironía, los dobles sentidos y las situaciones enlazadas con la actualidad son más eficaces.
No es que la primera parte no merezca la pena, sino que en la explicación de los términos militares y la extensión de las referencias a la Guerra Civil no recurre tanto al humor del absurdo como en la segunda parte. Y, en la explicación de toda guerra, el absurdo tiene un papel protagonista. Desde que el espectáculo se adentra en la Segunda Guerra Mundial, gana en profundidad, aunque en ocasiones la forma un tanto brusca de pasar de un tema a otro deja un poco descolocado al espectador.
Con todo, la parodia de un juicio, el reflejo del miedo, la explicación esquemática, exacta y sencilla de la guerra de Irak o de cómo funciona una bomba de racimo nos sitúan dentro de un teatro de denuncia con humor, siempre tan necesario. Y es de destacar el trabajo de Teatro de Malta para hacer crítica mediante la comedia. Un esfuerzo difícil pero logrado."

Animalario se lanza a una loca revolución en Marat-Sade


¿Puede existir la revolución sin locura? ¿Es la locura elemento sustancial de toda revolución? Animalario nos sumerge en una locura compartida para reflexionar sobre nuestro mundo echando una mirada a la Revolución Francesa. Y logra un montaje fascinante, que no te cansas de ver y que no deja de sorprender.

Con un escenario blanquísimo gracias a estar lleno de ropa sucia (primera contradicción, primera “pureza” hecha de “suciedad”), la compañía nos introduce en un manicomio en el que los locos interpretan una obra: Persecución y asesinato de Jean Paul Marat representado por el grupo teatral del hospicio de Charenton (aquí Nervión) bajo la dirección del Marqués de Sade , más conocida como Marat-Sade, de Peter Weiss. Su locura hace que, a medida que avance la obra, se apasionen y nos hagan llegar reflexiones que traspasan el ámbito teatral de la Revolución Francesa para criticar no sólo el manicomio en el que ellos viven sino la sociedad del siglo XXI en la que nosotros vivimos.

La obra se basa en la anécdota histórica de las representaciones que tenían lugar en el manicomio de Charenton -para distracción de los burgueses del París napoleónico- bajo la dirección del marqués de Sade, el más célebre de los pacientes del asilo, donde permanecía internado con carácter forzoso.

Aunque (aviso a quienes no conozcan a la compañía Animalario) hay momentos de “cómo se lo montan los de Animalario en el escenario”, la verdad es que no desentonan en un montaje en el que la locura nos conduce cada vez más por los senderos revolucionarios.

Un paranóico haciendo de Marat; una enferma aquejada de letargias, de Carlota Corday, interpretanto a la asesina de Marat; el Marqués de Sade dirigiendo la obra; un narrador-apuntador que nos cuenta la historia; un coro, a la manera de los clásicos griegos, que se presentan en escena para guiarnos musicalmente (los momentos cabaret musical, concierto punk, canción melódica… son un contrapunto genial, con una canción estribillo pegadizo que no dejamos de cantar el amigo con el que iba y yo cuando cuando salimos del teatro) por los momentos revolucionarios, una ¿directora? de manicomio que trata de poner orden reprimiendo los momentos de exaltación.
Sin un momento de respiro, ya que todas las escenas se quedan en la retina, sin que haya momento de desperdicio durante las casi tres horas que dura la obra y que se pasan como un suspiro, la obra trata temas como antimilitarismo, antinacionalismo, antimonarquía. Sin desvelar mucho, dos frases y un momento antimilitarista: “El mayor acto de honor de un soldado es la deserción”; “El artículo 1 del cualquier estatuto que rige una institución militar debería ordenar su desaparición”. El momento: un loco señala "¿es tan utópico poder vivir en paz? ¿no se puede educar para la paz?" A lo que la directora contesta con un tortazo. Muy gráfico.
Y así, con forma semejante, se critica a la monarquía, a la iglesia, a los ejércitos, a la guerra, al conformismo, pero también a la revolución, sus métodos, la violencia, la masa, la rabia incontrolable, la justicia convertida en injusticia. El magnífico texto de Peter Weiss es tanto más revolucionario porque critica también los principios de la misma revolución. Nada escapa a la crítica de los "locos". La dialéctica entre reforma y revolución, entre acción y filosofía, entre pueblo e individuo, la discusión sobre hasta dónde debe llegar el dolor colectivo como catarsis, la reflexión sobre la violencia… hacen pensar y reaccionar.
Salir del teatro haciéndose un montón de preguntas (¿Debe estar siempre el pueblo por encima del individuo? ¿No se hace la revolución para contentar pequeños deseos individuales más que colectivos? ¿Somos capaces de llevar la revolución a la práctica? ¿Se ha llevado alguna vez? ¿Dónde se agotan las revoluciones? ¿No benefician siempre a los mismos, llámese burguesía o empresas multinacionales? ¿La revolución acaba con la corrupción o sólo cambia a los corruptos? ¿Cuál es la función del líder? ¿Se agota la revolución con la democracia?) es uno de los grandes logros de esta obra.
En el post sobre
Un enemigo del pueblo comentaba que esperaba que el montaje de Marat-Sade fuera más cercano, más actual, que lograra implicar al espectador, cosa que, conmigo no consiguió el montaje de Gerardo Vera de la obra de Ibsen. Andrés Lima sí lo consigue ahora en el Teatro María Guerrero de Madrid, ayudado por la gran versión de Alfonso Sastre. La actualización no tiene que ver con un texto magnífico (es algo que ya está ahí) sino en la forma en que éste se presenta (el momento telediario de noticias y el estilo de reportero con micrófono en la mano que se aprecia durante toda la obra es un ejemplo de esto, pero también la brutal escena en la que Sade habla del dolor colectivo sufriendo dolor individual pedido o el simbólico momento en el que el pueblo impone al líder las plumas de gran jefe indio….
Fantásticos los actores, especialmente Pedro Casablanc como Marat y Alberto San Juan como Sade, aunque es injusto no mencionar el enorme trabajo de todo el elenco bordando a estos locos que interpretan a personajes históricos, en un genial ejemplo de teatro dentro del teatro.
Fecha: 02/03/07

Mentiras que nos envuelven como el Humo




Cuando el año pasado asistí a una representación de Las heridas del viento, escrita por Juan Carlos Rubio e interpretada por dos actores (Marcos Casanova y Humberto Rossenfeld, cubano y venezolano) que se encargaron de estrenar la obra en diversos teatros de EEUU, incluido Nueva York , me quedé impresionadísima. De hecho, sólo estuvo una semana y a mí me hubiera gustado volver a ir al teatro y recomendarla. Pregunté en la sala Triángulo de Madrid si la repondrían, y me dijeron que lamentablemente no, pero que este año Juan Carlos Rubio estrenaba una nueva obra: Humo.
Así que ya veis que lo esperaba con expectación y curiosidad. Y por fin, vi Humo. ¿Y qué podemos decir de esta obra interpretada por Juan Luis Galiardo y Kiti Manver? Primero, que ellos están estupendos, sobre todo Kiti Manver (fantástica). Que la obra habla de sentimientos con ironía y habla, como lo hacía Las heridas del viento, de reencuentros y sentimientos reposados. Ya no se habla de la pasión, sino de los momentos en los que la pasión nos obnubilaba. Hay una mirada de distancia en las obras de Juan Carlos Rubio, de ver el pasado con otros ojos, con otra perspectiva, para recuperarlo, reencontrarlo, aceptarlo y descubrir los secretos que esconde y que marcaron el resto de las vidas de los personajes. Y en todo eso hay mucha verdad. Mucha realidad. Cuando estamos metidos en las situaciones de pasión o dolor no vemos las razones de los otros, los sentimientos de los otros. Y la incomprensión, el no entender qué pasa marca en cierta medida las decisiones de la vida posterior. Los personajes creados por Rubio se reencuentran con su pasado porque siempre hay alguien que busca lo que pasó de verdad, trata de entender qué ocurrió en aquellos momentos. Es una especie de thriller de sentimientos. En Humo, además, las mentiras cobran protagonismo, se convierten en el eje de la obra: las mentiras a los demás, a uno mismo, a la sociedad… ¿Qué nos queda? Una verdad que también es mentira… ¿o no? Sin llegar a la altura de Las heridas del viento, Humo es una obra que permanece en la memoria después de haber salido del Teatro Maravillas de Madrid y que nos hace preguntarnos si nos perdimos algo de situaciones que recordamos de determinada manera. ¿Fueron verdad? ¿Fueron mentira? Sea como sea forman parte de nosotros. En todo caso, la verdad o la mentira la construimos nosotros según nuestras necesidades en determinados momentos. Cada uno posee una verdad propia.


Fecha: 27/02/2007

Como abejas atrapadas en la miel


Luisa Martín vuelve después de "Historia de una vida". Y lo hace ocupando el escenario de una manera total, con un papel dentro de otro papel. Ella sola, con su personaje de Alexa Val Deveroux, genera teatro dentro del teatro encima de un escenario. Hace lo más difícil que se puede hacer: un personaje que interpreta otro papel.
Embaucadora, inteligente, atractiva y hecha a sí misma, Alexa ha creado su propio mundo de la nada. Misteriosa e hiperactiva, ha hecho del mundo de la fama y la celebridad su hogar. Esta vividora descubre al joven escritor Evan Wyler en la portada de una revista y decide proponerle que escriba su biografía a cambio de jugosos honorarios. Lo impresionante del trabajo de Luisa es que Alexa es real pero, al mismo tiempo, demasiado acelerada, demasiado frívola. Y hay algo que no parece auténtico. Un pequeño matiz que se convierte en lo esencial del personaje, ya que esconde muchos secretos que, al final, explicarán esa sensación de desasosiego que emana Alexa. De ahí que esta obra, que Luisa Martín produce junto a su compañero Albert Bori, no pueda ser definida sólo como una comedia porque va pasando por diversos géneros. De hecho, el humor de esta obra es la ironía, la sátira… una sonrisa que se te va helando poco a poco.Douglas C. Beane, el autor, ha querido criticar la fama, el éxito y todo lo que pulula a su alrededor. La juventud, la inconsciencia, el aprendizaje a costa de perder la inocencia y la ingenuidad, la venganza, la supervivencia por un lado, y los artistas y sus egos por otro. Es complicado hablar de esta obra sin contar algo del argumento, pero es necesario que no se cuente mucho para no destripar los secretos que esconde. Ágil, entretenida y aguda cuenta con unos actores muy buenos (ya he destacado a Luisa Martín, pero también José Luis Martínez, Ángel Burgos, Ana Trinidad e Inge Martín, fantásticos y muy divertidos en sus multi-personajes). Más dudas tengo con el coprotagonista, Félix Gómez que, para mi gusto, no acaba de cuajar en la química con Luisa. Quizás, con el rodaje de la obra, se vayan adaptando mejor, pero es difícil creerse esa fascinación romántico-sentimental-sexual de un escritor gay por Alexa con los matices que le da Gómez. Algo falta.

Fecha: 26/02/2007

Sólo ante el pueblo











Lo primero, señalar que es una maravilla ver el cartel de “no hay entradas” al acercarse a la taquilla de un teatro. Y con este montaje por lo visto está pasando desde el primer día. No ha hecho falta ni siquiera que se corriera la voz. La gente está llenando el teatro Valle Inclán de Madrid para ver una obra política y, por la expectación que está despertando “Marat-Sade”, de Animalario para el CDN, que se estrena esta misma semana en el María Guerrero, los espectadores estamos ávidos de “revolución” o al menos de que nos agiten un poco aunque sea desde un escenario.
Volvamos a "Un enemigo del pueblo". Un texto político. Un texto audaz de Ibsen. Un buen comienzo. Qué pena que el montaje de Gerardo Vera me supiera a poco. Con un texto tan rico, tan intenso, tan demoledor es una lástima que todo un Centro Dramático Nacional no le saque más partido. Y eso que la puesta en escena me gustó y también la aparición del cine para agilizar ciertos momentos. Pero, ¿dónde esta el riesgo, la frescura de la innovación?Entendámonos. Es un montaje correcto, bueno, pero con todos los medios de que dispone el CDN hay que exigir más. Ambientado en un pueblecito escandinavo made in Ikea, todo es igual que el clima nórdico: un poco frío, sobre todo, los actores. A ver. No es que no sean buenos. Creo que todo lo contrario porque, salvo en alguna excepción, todos bordan sus escenas principales. Pero la obra en conjunto se queda distante. Salvo en la escena de la asamblea. Mi medidor personal de intensidad fueron unos jovenzuelos recién salidos de las aulas de la ESO y transportados al teatro por algún profesor/a con muy buenas intenciones. Estábamos justo detrás de ellos. El murmullo y la postura corporal fueron un buen indicador del aburrimiento que les corroía durante la primera parte de la obra. Y dado que yo estaba atenta a ellos, pues comprenderéis que mi cabeza también se encontraba también un poco en Marte (y no puede ser achacado del todo a lso virus que me poseen desde hace unos días y que han tomado a mi voz como rehén). Sin embargo, como periodista y dado que tengo una edad, me dije que debía centrar mi atención al escenario. No me arrepentí. Cuando me dediqué definitivamente a lo que sucedía en el escenario, me quedé enganchada a esas conversaciones, esas discusiones. Es, repito, un gran texto. Tan bueno que, con un poco de pasión y humor, los chavales de la ESO se lanzaron hacia delante en sus asientos en cuanto empezó la asamblea.
Si habéis visto alguna asamblea con partidos políticos de por medio alguna vez, os hará bastante gracia la asamblea. Es muy realista. Y muy apasionada. De hecho, esto es lo que más me gustó de la obra, unido a Walter Vidarte (entrañable protagonista de la nunca suficientemente loada “Barcelona, mapa de sombras”). También me pareció genial la forma en la que los lobbies ciudadanos y los medios de comunicación van destapando su verdadera cara y verdaderos intereses, como me comentó una amiga, la maestría en la que Ibsen demuestra en dos pinceladas como montar una campaña política con estos dos elementos. Algún "pero" al texto (y al montaje) en el que coincido con la amiga de la que os hablaba antes. El montaje parece apostar implícitamente por las élites vanguardistas para liderar la democracia o por las minorías. Ibsen habla de la sinrazón de la mayoría (¿lo que apoya la mayoría es lo bueno, lo que tiene la razón?) pero, en su crítica, parece dejar la razón en las minorías. A veces las minorías tampoco tienen la razón y tampoco las élites. Si la razón no la tienen ni las mayorías ni las minorías, si nadie es bueno y puro en sociedad, la democracia quizá tampoco lo sea. Echo de menos una crítica más radical a esta democracia, un pasito más en una obra perfecta en la forma en la que se desenmascaran las apariencias y los supuestos intereses, las supuestas justas razones.
Espero que las entradas sigan agotándose y la obra tenga que prorrogarse (más bien reprogramarse, que las temporadas de los Compañías Nacionales suelen ser muy apretadas), pero me queda la esperanza de que "Marat-Sade" sí tenga una parte rompedora e innovadora, que sea un montaje que realmente merezca la pena. Sabemos que el texto de Peter Weiss tiene una gran calidad. Y confío, sinceramente, más en Andrés Lima que en Gerardo Vera. A ver si hay suerte.




Fecha: 19/02/2007

Amor en tiempos de guerra: West Bank Story


Ayer vi en Cuatro, en el informativo de Iñaki, una pieza sobre un corto que está nominado a los Óscar. Me pareció genial. Se llama West Bank Story . Al parecer está basado en la peli musical “West Side Story”. Aquí la historia está ambientada en Oriente Próximo en la lucha entre dos restaurantes, uno palestino y otro israelí que se hacen la guerra sucia en la competencia por sobrevivir. En medio de esta lucha, David, un soldado israelí, y Fátima, una camarera palestina, se enamoran.Mientras, los israelíes deciden levantar un muro entre los dos restaurantes y los palestinos hacen planes para echarlo abajo. Estoy deseando verlo. El trailer lo puedes ver aquí . Merece mucho la pena.

Fecha: 14/02/2007

Leo Bassi sigue rebelándose: La Revelación, de nuevo





Hace días que quería escribir sobre “La Revelación” de Leo Bassi. Asistí a la obra con mucho interés, esperando ver una obra escandalizadora hasta decir basta y preparada para que Bassi nos llevara a la calle a gritar contra la iglesia y contra la religión o nos embadurnara con algún tipo de pintura o elemento pegajoso. A nosotros o a él.Sí gritamos, sí (cuando Bassi pidió a los ateos y agnósticos –“ateos sin caña”- que gritáramos para mostrar que existimos). Un grito salió del patio de butacas e inundó la sala del Teatro Alfil de Madrid.


Sin embargo, la obra no me pareció especialmente provocadora, hablando en términos teatrales. Me refiero a que sí es provocadora intelectualmente ya que es un recorrido por la historia del cristianismo, deteniéndose en los momentos más significativos y manipuladores de la Biblia.Leo Bassi explica, tras el inicio de la obra -en el que se viste de Papa y se pone a bailar break ( o algo parecido… ¡Madre mía!¡Qué energía! ¡Yo no sería capaz de hacerlo sin que me diera un ataque al corazón! Sólo por ese momento merecería un premio!) y luego reparte condones con la sana intención de atraer a los jóvenes a la iglesia-, que es este momento de suplantación papal el que ha generado tanta polémica (con bomba incluida. Recordemos que el año pasado, cuando se estrenó en este mismo teatro, un terrorista puso un artefacto explosivo en la sala. Por fortuna, el artefacto fue descubierto y desactivado. Sin embargo, la extrema derecha no se sintió contenta y le plantaron una concentración frente al Alfil. Menos mal que muchísimos antifascistas apoyaron a Bassi en una contra-concentración).


No entiendo yo por qué tanto lío, la verdad. Bassi tiene derecho a la libertad de expresión. Y, sinceramente, me parece más escandaloso el apoyo de la iglesia y determinados políticos a manifestaciones reaccionarias que lo que cuenta Bassi en su obra con mucha gracia. Y con un objetivo muy loable: “convertir” a algún fanático a las delicias de la razón.Su paseo por el paraíso y por las creencias religiosas no ataca sólo al cristianismo sino a la religión como limitadora y represora. De hecho, es significativo el final, donde Bassi descubre la espiritualidad entendida como fusión con la naturaleza. Muy interesante y muy divertido gracias a la historia del jesuita convertido por los indígenas (de lo mejor de la obra).
Durante el monólogo es especialmente memorable el homenaje a todos los pensadores ilustrados que han conformado la tradición laica e hicieron posible la Revolución Francesa, logrando independizar al estado del poder de la iglesia. El estado se liberaba de la religión y Leo Bassi trata de reivindicar este hecho. Parte de la idea, acertada, de que el laicismo no tiene quién lo defienda. Y de ahí su declaración apasionada de amor al ateísmo y la razón. “Defiendo el laicismo con pasión”, declara en su web. No sé qué tiene de escandaloso.
Somos muchos los que veneramos la razón por encima de la ceguera fundamentalista religiosa o por encima de cualquier fundamentalismo, más exactamente.Aunque al final, cómo no, aparece una “bassilada” (si no fuera así, puede que no fuera Leo Bassi), de la que se podría prescindir y el espectáculo ganaría (como de la expresión “cojones”, dicha millones de veces durante toda la obra, también prescindible por lo menos unas cuantas veces), “La Revelación” es una obra muy recomendable, incluso para quien ya la vio el año pasado, ya que durante los once meses que ha estado de gira el texto ha sido revisado en un tono "más profundo, serio y militante", a decir de su autor. Recomendable para el que guste de un buen monólogo, pero no para el que busque el escándalo. Eso lo tendrá que buscar en otro sitio.
Por cierto, Leo Bassi ha anunciado una nueva edición del Bassi-Bus, esta vez con dirección Telemadrid. Me parece muy didáctico y, esto sí, provocador y desobediente. Aquí sí.

Fecha:13/02/2007

The Avengers




Los Vengadores no son los héroes del cómic ni tampoco los famosos agentes de la serie de TV, inmoratalizados para el cine con las caras y cuerpos de Uma Thurman y Ralph Fiennes.The Avengers también son un grupo que anticipó el hardcore punk, teloneros de los Sex Pistols en Witerland (el que fue su legendario último show). Nacieron en Los Ángeles, pero pronto se convirtieron en máximo exponente de la escena punk de San Francisco hacia 1977. Se separaron en 1979, después de una intensa actividad en directo (dieron casi 200 conciertos).
The Avengers sólo grabó dos LP, que después fueron compilados en uno sólo: The Pink Album. Sus albumes fueron grabados con Steve Jones (guitarrista de los Pistols) y, además de con los Sex Pistols, actuaron junto a X, The Go-Go's y los Dead Kennedys. Entre sus temas más conocidos están
"We are the one", "The American in Me" o Uh Oh!" .Ahora están de nuevo de actualidad porque están realizando una gira por algunas ciudades del Estado. El año pasado volvieron a la carga con 2 de sus miembros originales: Penélope Houston (voz) y el guitarrista Greg Ingraham. Les acompañan Joel Reader, al bajo y coros (The Plus Ones, MTX, and scAvengers) y Luis Illades, a la bateria (The Plus Ones, Pansy Division).
Citas de la gira:22 Febrero. Madrid. Gruta 7723 Febrero. Arrasate.Sala 36024 Febrero. Alicante. Stereo25 Febrero. Barcelona. Apolo 2¡Qué los disfrutéis si podéis ir a verlos!

Fecha: 12/02/2007

Las chicas de tus sueños









Si te gustan los musicales, tienes que ver Dreamgirls. La crítica está dividida: que es superficial, por un lado, que es fantástica por otro. Yo creo que depende de los gustos cinematográficos: si te gustan los musicales, te encantará esta película. Si no te gustan, mejor vete a ver Bobby o Rocky Balboa. Dreamgirls es la historia, edulcorada, de The Supremes. O más bien, de Diana Ross & The Supremes. Todos los protagonistas de la historia real tienen su alter ego de ficción.Dreamgirls es, ante todo, un musical de gran éxito en Broadway que se estrenó en 1981. El legendario Michael Bennett dirigió y coreografió el musical (hay un “in memoriam” a él al final de la peli y sale en los títulos de crédito –aunque parece ser que esto es obligado en toda adaptación de un musical al cine). El éxito de este musical fue enorme. Ganó 6 Tonys al año siguiente (estaba nominado en 13 categorías) y el acuerdo entre crítica y público en esta ocasión fue total: era un espectáculo fantástico. Bill Condon, el director de la película, vio este legendario montaje de Bennet cuando era pequeño. También lo hizo Eddy Murphy, que participa en la película interpretando a una especie de Smokey Robinson. Y lo hace muy bien. Condon decidió que se podía llevar a la pantalla conservando todo lo bueno y dándole frescura. Para ello, pidió 4 nuevas canciones al hombre que compuso la música original, Henry Krieger, y decidió encontrar un gran reparto: Jamie Foxx, que tiene un regalazo de personaje, Curtis Taylor Jr. (es decir, una especie de Berry Gordy Jr., el hombre que creó la Motown y creó a The Supremes) pero, lamentablemente, no lo aprovecha. Es un personaje muy rico: muy inteligente, muy activo, muy rápido, muy “ejecutivo agresivo”, un hombre con visión de futuro que utiliza a los de su alrededor para conseguir sus objetivos; Jennifer Hudson (situémosla en el lugar protagonista que le corresponde. Detalle al margen: es la ganadora de American Idol, el OT de EEUU. O sea, que es la “Rosa” yanki. Y se sale en la peli) es Effie White (en The Supremes, Florence Ballard), la mujer con una voz portentosa que es relegada por la voz más del gusto “blanco”, más matizada, más light, de Deena Jones (Beyoncé Knowles, que aquí hace obviamente de Diana Ross –nótese el parecido de los nombre en la pronunciación). Junto a ellas, Anika Noni Rose que es la tercera en el grupo (Lorrell, es decir, Mary Wilson, que escribió un best-seller contando su experiencia en The Supremes). Además, hay que incluir a Keith Robinson (C.C., hermano de Effie, compositor y coreógrafo –una mezcla del compositor de la Motown Holland-Dozier-Holland y de Smokey Robinson) . Junto a ellos, Danny Glover es Marty, el representante de Jimmy “Thunder” Early (Eddy Murphy), un cantante que trata de llegar al público blanco y estará siempre a punto de conseguirlo. Serán The Dreams, las chicas, las que lo conseguirán.


La película es un grandísimo musical. En muchas ocasiones tienes la sensación de estar en un teatro y dan ganas de aplaudir al final de muchos de los números musicales. Pero, reconozcámoslo, no es una gran película. Las relaciones personales entre los personajes sólo tienen intensidad cuando los personajes cantan. Por ejemplo, no hay pasión ni intensidad en los besos o las relaciones sentimentales de Curtis y Effie o Curtis y Deena y Jimmy y Lorrell Es todo muy frío, muy distante, muy poco real. En muchas ocasiones te preguntas si Curtis y Effis son pareja, no lo son, si CC y Michelle lo son…Si el R&B es tan intenso, tan pasional, tan provocador ¿por qué las relaciones entre cantantes, músicos y mundillo artístico son tan puritanas? No tiene mucho sentido. Los “blancos” se escandalizaban de la música “negra” porque había sexo, había pasión, intensidad, claridad, explicidad en las letras, la música, los movimientos… Es lo que atraía a los jóvenes. Si lo hay en la música y no en las relaciones entre ellos, todo es muy frío. Esto es la película. Pero yo quería hablar aquí de las Supremes. Y es que, después de meterme en la historia de The Supremes , la historia de The Dreams me parece light, muy light, de hecho. Por lo que parece, Diana Ross era bastante mal bicho, cosa que Deena Jones en la peli, no. Interesadilla, pero mal bicho, no parece. Y, a partir de aquí, quien no haya visto la película, que se espere a verla para leer lo que sigue.
La película es muy fiel a las líneas generales de la historia de las Supremes (de hecho, Diana Ross nunca quiso ver el musical y, sin embargo, Mary Wilson tituló su autobiografía “Dreamgirl: my life as a Supreme”). Según parece, es cierto que una de las Supremes, de hecho su fundadora, Florence Ballard, fue relegada por la voz más pop de Diana Ross para conseguir llegar a las listas de éxitos “blancas”, objetivo de Berry Gordy. También es cierto que Diana Ross estuvo liada con Gordy.
Florence Ballard (en la foto), una vez relegada, continuó en el grupo, pero se deprimió y empezó a beber hasta que fue incapaz de actuar. Fue despedida, pero no se recuperó. Aunque intentó seguir su carrera musical, no tuvo ningún éxito y murió en 1976, muy pobre.Verdad es también que Holland-Dozier-Holland abandonó la Motown por una pelea por los royalties, no por lo que se estaba haciendo con su música. La disputa fue por derechos de propiedad. Es cierto que The Supremes se convirtió en Diana Ross& The Supremes, pero alguna de las canciones de The Supremes se grabaron sin ellas( por lo visto, la canción “Someday we’ll be together”, el éxito final de The Supremes) fue grabada por Diana Ross y otras cantantes, no Mary Wilson ni Cindy Birdsong, que había sustituido a Florence Ballard. Sí, es cierto que Diana Ross se reunió con Mary Wilson y Cindy Birdsong en 1983 para cantar juntas “Someday we’ll be together” en la celebración de los 25 años de la Motown. Mientras en la peli se reúnen en amor y compañía las cuatro The Dreams, en la vida real hubo incidentes. Durante el programa de televisión emitido por la NBC, Ross empujó a Wilson lejos de ella y después quitó el micrófono de la cara de Wilson cuando ella estaba invitando a Berry Gordy, sentado en un palco del teatro, a bajar y unirse a todos en el escenario. Aunque todos estos incidentes fueron eliminados de la edición que se emitió, fueron ampliamente difundidos por los medios.Así que ya veis. La realidad supera la ficción.





Fecha: 30/01/2007

Vuelven Carmela y Paulino, variedades a lo fino: ¡Ay Carmela!



Carmela y Paulino: Variedades a lo fino. Han vuelto. Han regresado y en un momento en que hacen mucha falta. Esta pequeña (grandísima) historia sobre la memoria, sobre la dignidad, sobre los muertos que lucharon por los que se quedan atrás, sigue vigente hoy día.
“Creía, sinceramente, haber escrito un texto humilde y “barato” para que mi modesta compañía de aquellos años, el Teatro Fronterizo, recorriera las tierras de España recordando a mis olvidadizos compatriotas que, cincuenta años atrás, en 1936 las fuerzas más oscuras y retrógradas de nuestra sociedad –tan vocingleras hoy- habían desencadenado una feroz guerra fratricida, cuyas heridas no habían sido todavía restañadas”. Está claro que la obra de José Sanchos Sinisterra ha superado los objetivos de su autor. Se ha separado de él para convertirse en una obra nuestra, de todos. Las grandes obras maestras de todos los tiempos tienen algo especial: nos llegan a todos, todos comprendemos a estos personajes, los sentimos cerca. Carmela y Paulino son dos seres que tratan de sobrevivir en un mundo en guerra, cada uno a su manera: Paulino, obedeciendo, de una forma servil, tratando de no meterse en política (como dice él, en plena guerra). Carmela con ingenio y con amor y, cuando la solidaridad humana le sale por los poros, dando la vida por lo que cree digno y justo, adquiriendo conciencia social.
¡Qué bonita esta historia que no se parece en nada a la película! La película está muy bien, pero es otra cosa. En la obra, los muertos están presentes, están incluso más vivos que los que se quedan. Y es importante para que, en el epílogo, nos hablen del olvido y el recuerdo. Esta obra de teatro va más allá del momento histórico (que reflejaba muy bien la película). Traspasa el momento de lucha para llegar hasta nosotros pidiéndonos que no olvidemos, para recordarnos que muchos se fueron luchando y que debemos tenerlos presentes, hacerles justicia no olvidando aquello por lo que ellos lucharon. ¡Qué bien ver Ay Carmela en teatro! Para los que no pudimos verlo hace años, es una auténtica maravilla poder apreciar esta historia de gente que gana cuando pierde (gana dignidad) y de esos muertos que siguen al lado, para que no los olvidemos.
Verónica Forqué se reencuentra con su personaje, el que hizo hace 20 años. Hay que reconocerle que su Carmela es tierna, es divertida, es impulsiva, natural y espontánea. Al principio se hace un poco extraña con ese acento granaíno exagerado, pero es un personaje tan bonito y Verónica Forqué lo quiere tanto (se le nota) que una se acostumbra a ese acento y lo llega a apreciar. Alguna de sus escenas ponen los pelos de punta realmente. Santiago Ramos es un Paulino un poco exagerado e histriónico. Parece más estresado que acobardado y, en ocasiones, yo eché de menos ese toque de humildad y de perdido que tiene el personaje cuando Carmela se va… Miguel Narros compone una puesta en escena sencilla y práctica, con un juego de luces que permite los flashbacks inmediatos y rápidos, con una neblina especial cuando Paulino habla con Carmela muerta, y una luz de vodevil de cómicos del camino muy bien conseguida en el momento del espectáculo de Varietés. Narros consigue que toda la ternura, toda la lucha solidaria que tiene ¡Ay Carmela! te lleguen sin sensiblerías, sin emociones facilonas, con respeto y dignidad. Logra una ¡Ay Carmela! que nos transmite que no sólo somos lo que vivimos, sino que también somos aquello por lo que luchamos.


Y, como me apetece, aquí va la letra de la canción que da título a la obra:
El Ejército del Ebro,

rumba la rumba la rumba la.

El Ejército del Ebro,

rumba la rumba la rumba la
una noche el río pasó,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
una noche el río pasó,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
Y a las tropas invasoras,
rumba la rumba la rumba la.
Y a las tropas invasoras,
rumba la rumba la rumba la
buena paliza les dio,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
buena paliza les dio,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
El furor de los traidores,
rumba la rumba la rumba la.
El furor de los traidores,
rumba la rumba la rumba la
lo descarga su aviación,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
lo descarga su aviación,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
Pero nada pueden bombas,
rumba la rumba la rumba la.
Pero nada pueden bombas,
rumba la rumba la rumba la
donde sobra corazón,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
donde sobra corazón,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
Contraataques muy rabiosos,
rumba la rumba la rumba la.
Contraataques muy rabiosos,
rumba la rumba la rumba la
deberemos resistir,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
deberemos resistir,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
Pero igual que combatimos,
rumba la rumba la rumba la.
Pero igual que combatimos,
rumba la rumba la rumba la
prometemos resistir,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
prometemos resistir,
¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!
Fecha: 29/01/2007

Más cerca de Mariano Barroso


Mariano Barroso se ha pasado al teatro. La verdad es que, por lo visto, ha sido ayudante de dirección teatral de Miguel Narros, José Carlos Plaza y Lluís Pasqual. ¡Ahí es nada! Además, y para completar currículum, estudió dirección de escena e interpretación en el Teatro Español de Madrid y en el Laboratorio William Layton, del que fue socio co-fundador.A lo que íbamos. Que Barroso se ha puesto a dirigir “Closer”. La mayoría conoceréis la peli con Jude Law, Natalie Portman, Clive Owen y Julia Roberts. Igual os ha pasado como a mí, que no sabía que esta película está basada en una obra de teatro estrenada en el Royal National Theatre de Londres en 1997. Desde entonces, ha sido representada en las más importantes capitales del mundo, traducido a más de 20 idiomas distintos y recibido las mejores distinciones de crítica y premios como el Evening Standard Comedy Award for Best Comedy, New York Drama Critics’ Circle ó el Laurence Olivier Award for the Best Play.“’Más cerca’, ese es el significado literal de la palabra “CLOSER”, eso es lo que necesitan ávidamente todos los personajes de esta función: estar más cerca, tener intimidad, como sea, a cualquier precio. Los cuatro se buscan y se necesitan de manera compulsiva pero, también compulsivamente, se mienten y se traicionan, se abandonan y se pierden”, así resume Mariano la obra. Y me parece una buena síntesis.
Si has visto la película, la obra te la irá recordando. La película sigue prácticamente escena a escena la obra de teatro. Sin embargo, José Luis García Pérez (que hace de Larry, el doctor, vamos, de Clive Owen) y Lidia Navarro (Alice, aka Natalie Portman) y Belén Rueda (Anna, aka Julia Roberts) hacen suyos sus papeles y desde el primer momento olvidas a los actores y recuerdas el personaje. Es difícil. Al fin y al cabo, son los mismos personajes. Y estos actores están a gran altura al haber aceptado el reto y haber conseguido superarlo. Sobre todo José Luis. No es Clive Owen, es Larry, un Larry propio, nuevo, y al mismo tiempo, el de siempre. Igual ocurre con los demás. Quizás Sergio Mur (Danny, aka Jude Law) sea el que más se parece a Jude Law y no crea un Danny distinto a la película. Es una pena. Porque Jude Law es mucho Jude Law, y lamentablemente, se queda en la cabeza y, en las comparaciones, Sergio pierde. Y, por eso, Danny también. Con todo, lo peor de la obra fue el público que me tocó ayer. Yo tuve a una chica detrás con una risa aguda y estruendosa que me dejó sorda varias veces. Además, se reía cuando en el escenario tenía lugar una crisis, una pelea (¡qué manía de reírse por todo! Especialmente por las cosas más tontas, como si tuviera 15 años por oír la palabra “follar”. Lo que hizo comentar a la amiga con la que iba a la salida que parecía que estaba viendo una película de Mel Brooks. No sólo fue esta chica. El público estaba compuesto mayoritariamente por mujeres, algunas de ellas del espécimen (no sólo mujer, dicho sea de paso) del que comentan como si estuvieran en el salón de su casa, lo que, en la fila 2 como unas que tenía delante, es estar bastante cerca de los actores, que obviamente lo oyen. Alguna miradita lo dio a entender. De nuevo el silencio. ¿Tan difícil es estarse callado durante una hora y media, dos horas? ¿No se puede comentar a la salida? Lo siento, pero no me cansaré de reclamarlo. Esto es una “cruzada” contra móviles en las salas y por el SILENCIO). En fin, cargaos de paciencia, pero id a verla. Merece la pena. Algunas de las escenas son mejores en la obra que en la película y, si no te gustó la propuesta de Mike Nichols para el cine, inténtalo con la de Mariano Barroso en el teatro.

Fecha: 19/01/2007

Un provocador en el Real: el Wozzeck de Bieito, con polémica



Sí, allí estaba : la provocación “punk” en el escenario del Real. Os prometo que cuando vi cómo le echaban al protagonista una especie de vómito por encima, cómo pringaban a otro de una supuesta sangre, el personaje del doctor lamía el cuerpo “muerto” de una chica y otros dos personajes simulaban follar, me hizo muchíisma gracia porque me pareció una actitud punk: hacerlo en una sala de teatro alternativo no es lo mismo que hacerlo en la meca del rancio conservadurismo: el Teatro Real de Madrid. Y eso es tener una actitud punki, creo yo.
¡Bravo por Calixto Bieito! Cada vez me parece más divertido ver sus provocaciones y, sobre todo, ver cómo se molesta la gente. En el Real, rodeada de gente de más de 50 años que compran sus abonos todos los años para ver ópera, o sea, ricos (los pobres sólo podemos ir invitados… Valga este post para señalar el carácter absolutamente clasista e injusto de la ópera en este país. No entiendo por qué no se programa más ópera a precios populares. ¡Qué diferencia con otros países europeos donde la ópera y la música clásica están continuamente en la calle como algo cercano y accesible!) Aquí es absolutamente clasista), me encantó ver cómo se revolvían en su asiento cuando los cuerpos muertos y desnudos se apilaban en el escenario o cuando, al final, todos los extras salen desnudos mirando al público.
Lo que a mí me pareció muy bello, dicho sea de paso. Esta aparición del desnudo en las obras que monta Bieito me parece de lo más valiente. La gente se siente muy incómoda viendo gente desnuda sobre el escenario. Nos sentimos muy incómodos. Y Bieito lo sabe. Los desnudos en las obras que monta el director catalán tienen sentido siempre. Al menos para mí. No son gratuitos. Y la incomodidad se desvanece cuando aceptamos que estamos viendo “verdad”. Es lo que somos: cuerpos humanos, unos estéticamente más agradables que otros, pero todos bellísimos porque es la esencia que nos une. Una parte, la más material, es nuestro cuerpo. Es lo que tenemos, con lo que nos situamos en el mundo. Y, por eso, mostrarlo desnudo es un acto de homenaje. Y de provocación porque, paradójicamente, nos sentimos incómodos viéndonos tan vulnerables. Viendo a los actores tan vulnerables.
Pero Bieito no sólo provoca con esto. Provoca mostrándonos un mundo desolado, pobre física y moralmente, donde los poderosos utilizan a los trabajadores para sus propios fines y donde trabajar para sobrevivir, en un mundo contaminado e intoxicado, es lo único que queda. Un mundo en el que un rayo de sol puro y un trocito de césped verde significa la felicidad, donde los niños no pueden respirar sin estar enganchados a una bomba de oxígeno… Un mundo donde los muertos se compran y venden.
La mitad del público se fue rápidamente de la sala, sin aplaudir. Muchos nos quedamos y aplaudimos a los magníficos intérpretes de la Orquesta del Real y a los actores-cantantes (con papeles muy difíciles ya que durante la mayoría de la ópera recita y no cantan).

Y, pese a todo, se me hizo muy larga. Reconozcámoslo: operísticamente, no tengo mucha base musical. Vamos, que no tengo mucha idea. Y se me hizo muy difícil esta ópera para melómanos. Por eso siempre me llevo a algún colega “experto”. El amigo que me acompañó me aseguró que musicalmente es una gran ópera, pero me señaló, muy acertadamente, que había muchísimos guiños que probablemente sólo entenderán los que hayan visto “Wozzeck” muchas más veces representada y la hayan escuchado algunas veces más. No es una ópera fácil y, en esta versión, menos aún. No tiene un nivel para aficionados, otro para entendidos y otro para expertos. Casi toda es para expertos y, los que no lo somos, nos quedamos un poco abandonados…y aburridos. Es una pena.

Fecha: 19/01/2007