viernes, 9 de marzo de 2007

Las Alas de Nacho Duato



Un placer estético absoluto. Eso es ver bailar a la Compañía Nacional de Danza. Pero esta vez se añadía el morbo de ver a Nacho Duato, su director, en el escenario. Para los que no le hemos visto bailar, ésta ha sido una oportunidad única y “Alas”, basada en la peli de Win Wenders “El cielo sobre Berlín”, parecía una buena ocasión para volver con una coreografía creada específicamente para él por Tomaz Pandur.

Aunque se le nota la edad (50 años) al bailar, su presencia sobre las tablas es impresionante. Es cierto que la calidad técnica de los bailarines de la CND es de una absoluta perfección y que, por muy alta que sea la maestría de Duato, en algunos pasos la edad se nota. Aún así, ninguno de los bailarines tiene el cuerpo de Nacho Duato, perfecto, marcado, con un impecable control de sus músculos y sus gestos. Él dice que, aunque ha perdido agilidad, ha ganado en presencia escenográfica. Y es cierto. Cuando está encima del escenario, se nota, no puedes dejar de mirarle, sobresale.

En cualquier caso, no dejo de pensar que su vuelta al escenario con este “Alas” tiene algo de vanidad: se puede echar mucho de menos el aplauso del público. Y, sinceramente, volver con la CND es una garantía. La entrega de la gente en sus espectáculos es total, incluso a veces acrítica. “Alas” es un buen espectáculo, pero no es para levantarse del asiento. Tampoco para salir sin aplaudir. Las dos cosas se dieron en el Teatro Real el día que yo fui. Y las dos me parecen injustas. El hecho de que la CND baile tan poco y durante tan pocos días, les asegura un público con ganas. Pero, en el Real, los abonados, esa gente que va por ir porque han pagado el abono y porque, jubilados, no tienen otra cosa que hacer, no entendieron el ballet. El quid de la cuestión es que no hay que entender lógicamente un ballet. Ha de llegarte, estética, emocional o a un nivel imposible de describir.

Personalmente, a mí me llegaron estéticamente varias partes (la final con el agua es preciosa), pero hubo momentos en los que se me iba la atención. Parecían de relleno, como dice una amiga: “no te pueden cobrar 40 € por 45 minutos. Así que bailan hasta la hora y cinco”, pero con momentos que sobran.

No es un montaje redondo, pero sí un muy buen espectáculo. Me gustó muchísimo más la CND2 que vi bailar el año pasado (creo recordar que bailaron "Remansos, Coming Together y Rassemblement") y el anterior espectáculo, “Por vos muero”.
Pero, si tenéis la oportunidad, no dejen de ver a la CND. Los momentos para disfrutar de la belleza hay que aprovecharlos.

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